El público elige TST allí donde se necesita una instalación temporal de gran responsabilidad.
Nuestros clientes cuentan con los servicios de TST tanto para el pequeño evento de 10 pax que requiere del servicio más personalizado y delicado, hasta los grandes certámenes y festivales multitudinarios de gran compromiso social. En TST tiene el colaborador que busca: flexible, cercano y resolutivo.
Las grandes ventajas de las instalaciones temporales frente a las definitivas se resumen en:
Ventajas en la instalación:
Dispone de la maquinaria en estado óptimo de uso en el momento que desee, con lo que se ahorrará imprevistos e inconvenientes, sin coste adicional, lo que proporciona la máxima seguridad y transmite la mejor imagen.
Despreocupación por el mantenimiento y averías del equipo.
El coste generado por este servicio sólo será por el periodo que el cliente crea necesario.
El cliente no sufrirá la pérdida del valor de los equipos por el paso del tiempo.
Ventajas contables:
La cuota del alquiler se contabiliza directamente como un gasto corriente, así evita varios asientos contables (activar los bienes, registrar el endeudamiento, contabilizar las amortizaciones…). Integra, en un pago mensual, los diferentes servicios que, de otra forma deberían contratarse por separado.
Ventajas fiscales:
Para las empresas y los profesionales liberales cuyo bien esté destinado a la actividad profesional, la cuota del alquiler es un gasto deducible en su totalidad. Asimismo, el IVA soportado de la cuota es compensable hasta el total.
Ventajas financieras:
Permite la utilización de la instalación sin tener que realizar desembolsos ni avales por su compra (lo que posibilita destinar los recursos a otras actividades). Conocimiento, a priori, de todos los costes del alquiler. Supone un control en los costes indeterminados de la maquinaria: mantenimiento, transporte, seguros, almacenamiento, roturas, etc. Conociendo de antemano los gastos que le supone el uso de la maquinaria; podrá incluirlos en sus presupuestos y rentabilizar al máximo sus proyectos (facilita la asignación de un presupuesto anual fijo, con la tranquilidad de no tener “sorpresas desagradables”). No se computa como endeudamiento y, por tanto, no reduce la capacidad de crédito.
